Resending: Abrimos melón 🍈 sobre los premios


Hoy vengo a contarte otra historia.

Y esta no la viví yo, pero sí nuestra querida Maria Montessori.

Cuando Maria Montessori creó la Casa dei Bambini en el barrio de San Lorenzo, ella designó la hija del portero para ser la guía de los niños.

Montessori le enseñó cómo utilizar los materiales y le orientó que debería dejar los niños en libertad y observar todo lo que pasara.

La chica preguntó si podía castigar y premiar a los niños. Claro, nada exagerado físicamente, era el típico castigo de mirar la pared cuando alguno no se portaba bien. La doctora Montessori contestó que sí. Pensó que sería interesante ver qué ocurriría de ese experimento.

Un día, la doctora Montessori llegó en la escuela para ver cómo iban las cosas, y encontró a un niño mirando la pared mientras los demás trabajaban.

Ella se dio cuenta de que el niño tenía una estrella en el pecho, que era el premio que se solía dar a los chicos cuando hacían algo que estaba muy bien. Pero, cómo estaba de pie mirando la pared, era obvio que estaba siendo castigado y la doctora no comprendió nada.

Así que preguntó a la guía que había ocurrido, y ella le explicó que el niño se había portado mal, entonces había sido castigado. Poco tiempo después, ella premió a otro, pero pasó algo inesperado.

El niño que recibió la estrella de premio se quedó parado, mirando la estrella, sin saber qué hacer con ella. Entonces fue hacia al compañero que miraba la pared y le preguntó si quería la estrella.

El niño castigado la aceptó, y por eso estaba llevándola al pecho. El chico que le entregó el premio volvió a trabajar, satisfecho.

Montessori observó que el niño castigado a veces miraba a sus compañeros trabajando, luego miraba la estrella, y tenía una mirada triste. Él había comprendido a su compañero; la verdad es que una estrella de papel dorada no le hacía sentirse mejor. Lo que él deseaba era volver al trabajo.

Entonces Maria Montessori se dio cuenta de que los niños no necesitaban premios, porque ellos ya se sentían felices con su trabajo. No había necesidad de nada externo.

Al mismo tiempo, ella también se dio cuenta de que castigar era una pérdida de tiempo sin ningún sentido. Ordenó a la guía que a partir de aquel entonces los premios y castigos ya no se aplicarían en la Casa dei Bambini. Y así fue.

Esta historia está contada por la propia Maria Montessori en su libro "El Niño - El Secreto de la Infancia".

Motivación intrínseca versus extrínseca

Años después, los psicólogos tendrían la misma conclusión que Maria Montessori: una persona que actúa movida por su motivación intrínseca es mucho más autodeterminada y eficaz que uno que actúa por una motivación extrínseca.

Eso es muy fácil de comprender cuando pensamos, por ejemplo, que trabajamos por ganar un sueldo. Muchas personas tienen empleos que no les gusta, no les causa ninguna satisfacción, pero hacen por el dinero que reciben al final del mes. Esto es lo que llamamos motivación extrínseca: cuando algo externo nos motiva a realizar una acción (tú trabajas por el dinero del sueldo).

Pero si tienes un hobby que te causa mucho placer, si eres voluntario de una ONG, o si tienes la gran suerte de trabajar con algo que te gusta mucho y que seguirías haciendo aunque te tocara la lotería, entonces ahí tu motivación es intrínseca, nace de ti, no hay nada externo que te fuerce, no estás preocupada si lo que haces es admirado o no por las demás personas, porque te causa felicidad.

Los niños de la escuela Montessori trabajan movidos por la motivación intrínseca, su premio es el trabajo en si, no necesitan ningún elemento externo para continuar realizándose.

Eso es lo que deberíamos lograr con nuestros hijos y alumnos, realizar sus trabajos por motivación intrínseca. Dar un premio a un niño porque se ha sacado una nota alta no aumentará sus chances de seguir sacando notas altas, lo que sí pasará es que el niño seguirá buscando un nuevo premio por él en sí, no por el hecho de estudiar, aprender una asignatura o ser buen estudiante.

Este es un temazo que a muchas familias despierta pasiones, y les entiendo, porque estamos acostumbrados a los premios tanto como con los castigos, y al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta un caramelo?

Creo que es un tema que necesita ser discutido y por eso realizaré una masterclass especial sobre Premios y Castigos.

La masterclass será realizada en Google Meet el próximo miércoles 12 de febrero a las 21:00 y es gratuita. Para participar, es necesario rellenar el formulario que encontrarás en este enlace.

¿Vienes con nosotros? ¡Te espero!

¡Que tengas un feliz fin de semana!

Alessandra

Avda Pablo Iglesias 80 , Rivas Vaciamadrid, Madrid 28521
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