La lección de Maria Montessori que más agradezco por haber aprendido
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Si pudieras hablar con Maria Montessori, ¿qué le dirías? Siempre que leo un libro suyo, me la imagino conmigo, tomando un té con pastas, en una casa de té muy sofisticada. La imagino hablando de manera pausada (no sé porqué pero siempre la imagino así), mirándome a los ojos y contando todo lo que estoy leyendo sobre las páginas del libro. La imagino como si fuera una amiga, alguien con quien me gusta estar, con quién tengo charlas largas, agradables y muy ricas. Si pudiese hablar con Maria Montessori, le diría muchas gracias. No solo por su trabajo, que es un regalo a la humanidad. Pero por todo lo que ella ha hecho por mí como madre y ser humano. A veces me pregunto cómo estaría si nunca hubiera descubierto Montessori. Y creo que sería una persona menos feliz, sinceramente. Montessori me ha dado tanto. Me ha proporcionado vivir mi maternidad con gozo, con alegría, confiando en mi hijo, pasando momentos tan buenos juntos que siempre los tendré en mi memoria. Y también me ha ayudado como ser humano, porque a partir de su trabajo he comprendido como fui herida de niña. Como mis adultos no supieron tratarme bien. Mis padres hicieron lo que podían con lo que tenían, todo con amor. Pero aun así han fallado. Mis profesores fallaron aún más. Cuantas veces fui tratada como una inútil... incluso sufrí bullying de dos profesoras de educación física. Por muchos años pensé que era un bicho raro y que tenía algo mal dentro de mí. Hoy en día ya lo sé que nada de eso era verdad. Montessori me ha permitido acoger y maternar a mi niña interior, dar a ella lo que no he recibido. Pero especialmente Montessori me enseñó a tener fe. Maria Montessori fue una mujer luchadora. Ella fue separada de su hijo, fue abandonada por el único hombre que amó, tuvo su trabajo adorado y odiado, y hasta quemado y destruido, en su tierra natal. Y ella nunca pensó en desistir. Cuando llegó de India, tras años reclusa, al llegar a Londres y ver todo destruido tras la Segunda Guerra Mundial, Mario le dijo que ella debería descansar del viaje. Su respuesta fue: "¿Descansar? ¡No! Tenemos mucho que hacer." Ella era así y hasta su último minuto trabajó por la infancia. Por todos nosotros. Para mí esa es la mayor lección que nos dejó. Y es lo que más le agradezco. Piensa. ¿Qué dirías a Maria Montessori si ella pudiese escucharte? Contesta a este email y me lo cuentas, me gustaría mucho saberlo. Que tengas una feliz semana ✨ Alessandra PD: Si te gustaría aprender más sobre el método Montessori aplicado en el hogar, puedes empezar hoy mismo uno de mis cursos online que encontrarás en este enlace. |