¿Estás segura de que tu hijo no te obedece?


HolaReader,

Muchas veces nos quejamos de que nuestros hijos no nos hacen caso.


Le digo que hay que ponerse la chaqueta porque hace frío fuera de casa, pero se niega y no se la pone.”
Él sabe que no puede jugar con el agua, pero aun así entra en el baño, abre el grifo y lo pone todo perdido.”


¿Te suena familiar?

A menudo decimos que los niños no son obedientes por naturaleza y que son egoístas.
Bueno, pues María Montessori decía que eso no es verdad.

El niño —especialmente el niño pequeño— desea obedecer al adulto, porque es extremadamente sensible a todo lo que siente de él.
Y ella nos cuenta una pequeña historia en su libro El niño en familia:

“Un niño pone la pantufla en la cama y su mamá le dice: ‘La pantufla está sucia, no se pone ahí’, y limpia con una mano la colcha. Entonces el niño, cada vez que ve las pantuflas, repite: ‘Está sucia’, y con las manos va a limpiar la colcha de la cama.
¿Qué queremos decir? El niño es sensible a un punto extremo, tan impresionable que el adulto debería vigilar todos sus actos y palabras, porque estos se le grabarán en la mente. Él es todo obediencia, porque la obediencia, para él, es la vida.”

El niño es un maestro del amor.
El adulto cree que es él quien enseña al niño, pero está siempre juzgando las manifestaciones del pequeño.

Cuando un niño le pide a su mamá que esté con él a la hora de dormir, es porque la quiere mucho.
Pero cuántas veces la madre piensa: “Esto es un capricho, no puedo permitirlo; tiene que aprender a dormir solo.”

Hasta que un día esa misma madre recordará esas noches y pensará, con nostalgia:
“Vaya, ahora no hay nadie que llore por el deseo de tenerme cerca cuando está por dormirse.”

Recordemos esas mañanas de sábado en las que nuestro pequeño entra corriendo en nuestra habitación a oscuras, a las siete de la mañana, gritando feliz: “¡Ya es de día!”,
porque quiere estar con nosotros, quiere ir al parque, quiere jugar, quiere aprovechar los días en los que por fin puede tenernos cerca.

María Montessori decía algo muy bonito sobre esta “manía” de los niños de despertarnos temprano los sábados, cuando queremos dormir un poco más:

“El niño que ama despierta, no solamente en la mañana, al padre y a la madre que, muy frecuentemente, se duermen en la vida.
Todos tenemos la tendencia a dormirnos sobre las cosas, y hace falta un ser nuevo que nos despierte y nos mantenga atentos con maneras que no son las nuestras;
alguien que actúe de forma diferente y cada mañana venga a decirnos: ‘Mira, hay una vida mejor. Aprende a vivirla.’”

Hay adultos que se dan cuenta de eso, pero algunos no.
Y esos son los que, poco a poco, se van perdiendo, creando una costra dura y volviéndose insensibles.

Por eso es tan importante aprender a ser vulnerables.

Espero que tengas una feliz semana al lado de tus seres queridos y, especialmente, de tus niños.

Con cariño,
Alessandra

P. D. En las próximas newsletters estaremos hablando sobre el adulto preparado.
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